viernes, 28 de noviembre de 2008

UNT se opone al “pensionazo” contra los funcionarios

El ya de por sí nefasto Proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado para el año 2009 (ese cajón de sastre que suelen aprovechar los gobiernos para colar de rondón normas más o menos problemáticas que, de esta manera pasan más desapercibidas y requieren menos trámites y controles, especialmente en las “leyes de acompañamiento”) ha incluido en su articulado algunas disposiciones que vienen a modificar el régimen de las pensiones ordinarias de jubilación o retiro por incapacidad permanente para el servicio o inutilidad que se causen al amparo del texto refundido de la Ley de Clases Pasivas del Estado, aprobado por el Real Decreto Legislativo 670/1987, de 30 de abril, y quedaría modificado de forma sustancial.

La modificación consiste en rebajar un 25% la pensión a todas las personas acogidas a Clases Pasivas que hubieran pasado a la situación de retiro por dichas causas antes de los 20 años de servicio o antigüedad. También impone un régimen de incompatibilidades para dicho personal si se efectúan otros trabajos remunerados que les permita su situación de incapacidad. En este caso se vería reducida la pensión en un 45%.

UNT denuncia que esta medida supone un recorte importante en los derechos sociales de los funcionarios e incluso altera el derecho constitucional al trabajo al modificar también el régimen de incompatibilidad de estas ayudas económicas con el trabajo en el sector privado, además de suponer un corte radical con el principio de incompatibilidad de quien percibe una pensión y no puede prestar ninguna actividad.

¿A qué esperan los demás “sindicatos” para denunciar este abuso que el Gobierno del PSOE está a punto de perpetrar contra los funcionarios y responder con la contundencia necesaria?

Ah, claro, que no es conveniente criticar demasiado a un gobierno “progresista”, y menos aún si financia generosamente el pesebre…

UNT ante la crisis económica

Parece ser que el Gobierno por fin ha decidido reconocer que España está en plena crisis y, en consecuencia, ha decidido adoptar una serie de medidas para tratar de minimizar sus efectos. UNT ya advirtió de la inminencia de la crisis en un informe económico de diciembre de 2006, y a la espera del que en unas semanas se presentará a propósito de los Presupuestos Generales del Estado para 2009, adelantamos algunas de las ideas que se desarrollarán en el mismo.

Para empezar, es obvio que en España estamos padeciendo dos crisis distintas: la crisis internacional de carácter financiero (que nos afecta de forma indirecta –las instituciones financieras españolas no se han visto tan afectadas como las de otros países–, pero al mismo tiempo intensa, por culpa de la gran dependencia creada por la cesión de soberanía económica y financiera que ha supuesto el proceso de mundialización), y la crisis específicamente española (debida a las malas gestiones gubernamentales, a la progresiva desaparición de la cultura del trabajo a favor de la especulación, y a nuestros endémicos problemas estructurales específicos como el de los modelos productivos de mano de obra intensiva –como en el caso de la construcción– y poco cualificada o la baja productividad).

Es por ello que España está empezando a notar la crisis con más intensidad que otros países: más desaceleración económica (es probable que la recesión sea continua durante casi todo el año 2009), más empresas al borde de la quiebra, más desempleo, más impagos de hipotecas, etc.

Las medidas adoptadas a nivel internacional parten de un error fundamental que a la larga va a causar estragos, y ese error es el de creer que todo el problema deriva de una combinación de falta de liquidez y de falta de confianza. Pero esos fenómenos, ¿son la causa o el efecto? ¿No será la verdadera causa más bien el modelo capitalista de crecimiento económico y financiero exponencial, necesario para que el motor no se pare, pero inevitablemente imposible de mantener de forma indefinida?

Pues bien, ahí radica el fondo del problema: el capitalismo se basa en el pago de intereses al capital, y para mantener esos pagos se necesita crecer a ritmos antinaturales e ilógicos, con la consiguiente creación de economía ficticia, multiplicación del crédito, explotación de la naturaleza, empobrecimiento de sectores de población (“reproletarización”) y hasta de países enteros (el “tercer mundo”), etc. Y precisamente por eso la inyección de liquidez y el apoyo al consumo suponen un alivio a corto plazo que a medio y largo plazo puede tener consecuencias desastrosas. Se habla de la enorme deuda que generan esas medidas, y con ser cierto, lo peor no es eso, sino que esa deuda supone inflar aún más el problema. ¿Puede solucionarse el exceso de crédito y el enorme volumen monetario creado de forma artificial ampliando el crédito y el volumen monetario? Es algo así como si tratásemos de apagar un fuego con gas-oil: con fuego de baja intensidad el gas-oil no arde, es verdad, pero al sobrepasar cierta temperatura reacciona prácticamente igual que la gasolina…

Lo mismo hemos de decir de las medidas adoptadas en España: no van al fondo del problema. Son medidas necesarias en el corto plazo, aunque de un volumen seguramente insuficiente, y deberían ir acompañadas de otras medidas de tipo fiscal: rebajas del IVA, de los impuestos indirectos y de los tramos más bajos del IRPF, a cambio de un aumento de la progresividad en los tramos más altos del IRPF, de un aumento del IVA en ciertos productos que realmente son más bien de lujo, eliminación de los privilegios fiscales de las SICAV (creadas para que las grandes fortunas sólo tributen al 1%) y recuperación con todas sus consecuencias del Impuesto sobre el Patrimonio.

Todas esas medidas fiscales son de imperiosa necesidad para recuperar la actividad económica a corto plazo sin un aumento excesivo de la deuda pública, pero deben ir acompañadas de otros incentivos más generosos que los aprobados por el Gobierno para ayudar a las PYMES y a las familias (sólo ahora ven algunos lo estúpida que fue la demagógica medida de los 400€), fomentando la inversión en obras y viviendas públicas (este sector no puede dejarse en caída libre así sin más, especialmente después de que tanta gente, incluidos muchos españoles de a pie, se hayan dedicado a especular con la vivienda comprando sólo con intención de invertir para vender luego más caro), haciendo que el ICO ocupe provisionalmente el papel que debería desempeñar una verdadera banca pública nacional concediendo créditos sin interés en los casos precisos, y que la SEPI recupere el que en su día motivó la creación del INI: servir de instrumento para rentabilizar económica y socialmente una industria pública nacional y evitar que empresas viables o socialmente necesarias se hundan.

Pero desde UNT vamos más allá de cara al futuro a más largo plazo: es el momento de plantear una estrategia financiera e industrial que dé paso más adelante a esa necesaria banca nacional (¡ya está bien de nacionalizar sólo las pérdidas!) y de ayudar a las empresas necesitadas condicionando esas ayudas a una cogestión coordinada en una estructura en los diversos niveles que pueda dar lugar en el futuro a su trasformación en empresas sindicales que integren a los trabajadores y a los empresarios sin dependencias financieras capitalistas. Sólo entonces las empresas y el sistema financiero podrán crecer de forma armónica y natural, sin estar sujetas a la esclavitud del interés del capital.

En UNT tenemos muy claro que a corto plazo las medidas más urgentes han de ir por la vía de los cuidados paliativos indicados en primer lugar, pero sin plantearse seriamente el fondo del problema y las posibles soluciones, a la larga no servirán más que para prolongar la agonía y poner a la bomba un retardo que puede llevarnos al desastre en unas pocas décadas.

¿Y qué hacer en cada empresa concreta mientras tanto? Desde UNT a nuestros representantes de los trabajadores en las empresas les hemos dejado muy clara una cosa: todos los trabajadores deben conocer nuestra postura y deben ser convocadas asambleas informativas para estudiar las medidas a tomar dentro del margen que la legislación prevé. Es más, en situaciones como la actual muchas empresas pequeñas tratan de evitar los EREs para hacer directamente una liquidación empresarial que para los trabajadores puede llegar a ser incluso peor que el propio ERE. No podemos dejar de recurrir a la legislación laboral para minimizar los efectos negativos de la crisis para los trabajadores, y UNT eso lo tiene muy claro, pero tampoco podemos caer en el error de pensar que la labor de UNT debe limitarse a eso…

UNT seguirá defendiendo los derechos laborales de los trabajadores conforme a la legislación actual, sí, pero, haciendo una labor pedagógica entre los trabajadores, defendiendo al mismo tiempo la necesidad de acusar al capitalismo de sus culpas y proponiendo medidas y soluciones no sólo a corto plazo, sino también a medio y largo: hay que desmontar el sistema capitalista y construir un modelo económico nacionalsindicalista.

O acabamos con el capitalismo, o el capitalismo acabará con nosotros.

sábado, 15 de noviembre de 2008

Nuevos boletines y trípticos informativos

Ya han salido diversos boletines y trípticos informativos que pueden pedirse a nuestro correo electrónico.

* Hoja sindical de noviembre:
* Boletín de empleados públicos:
* Tríptico sobre las distintas modalidades de jubilación:
* Tríptico sobe los procesos de privatización de los servicios públicos y sus consecuencias:

lunes, 10 de noviembre de 2008

Ante la ola de EREs

Ante la ola de Expedientes de Regulación de Empleo planteados en numerosas empresas, como es el caso de Nissan, Unión Nacional de Trabajadores (UNT) quiere denunciar, por un lado la ineptitud manifiesta del Gobierno socialista para hacer frente a la crisis económica actual, y por otro lado el abuso que en muchas empresas se está cometiendo al recurrir a los EREs muchas veces sin causa justificada, ya que muchas empresas aprovechan la actual crisis para ajustar sus plantillas.

No obstante, es innegable que en un contexto de crisis económica como la actual muchas empresas se ven obligadas a recurrir a los EREs para evitar males mayores o medidas más drásticas, por lo que se hace necesario recordar que la actual situación obedece a una crisis general del propio sistema capitalista, y ni los EREs ni las medidas cosméticas aprobadas por el Gobierno socialista servirán para solucionar el problema de fondo. Sólo con un sistema basado en la producción de bienes y servicios según las necesidades reales, con un crecimiento natural y no especulativo, será posible mantener una economía sostenible y estable.

La crisis que afecta a las grandes empresas supone inevitablemente graves consecuencias para muchas PYMES que dependen directa o indirectamente de ellas, lo que también pone en evidencia la falacia de que la mayor parte del empleo lo crean precisamente las PYMES. Lo crean ellas, es cierto, pero precisamente porque complementan la producción de bienes y servicios de esas grandes empresas, o bien porque sus clientes son los empleados de dichas empresas.

Hoy más que nunca se hace necesario planificar una política industrial general, con una banca nacional que pueda estar al servicio de la producción y de los españoles, y con un sistema financiero soberano. Es decir, hoy es más necesaria que nunca una política económica diferente a la que han seguido los gobiernos del PP y del PSOE.

martes, 4 de noviembre de 2008

Cuando los banqueros piden ser nacionalizados… más o menos

Sacamos este artículo de nuestro Presidente desde la página de la revista digital "Milenio Azul" (http://www.milenioazul.org/actualidad003.htm):

Cuando los banqueros piden ser nacionalizados… más o menos

Aún recuerdo aquella interesante conversación que tuve hace nueve años, en el magnífico escenario del Hotel Doménico, mirador privilegiado de la que por derecho es la capital histórica del mundo, Toledo, con un directivo entonces de un importante banco español: “¿Que habría que pensar en nacionalizar el sistema financiero para que cumpliera adecuadamente su misión como instrumento al servicio de la economía nacional? Eso me parece una locura y… ¡supondría un caos económico que nos pondría a la altura de países como Ghana!”

Es curioso, pero aunque hace tiempo que no coincido con él –físicamente, claro–, me da a mí que si me encontrara un día de estos con él en alguno de esos saraos en que solemos encontrarnos de año en año, no dudaría en defender a capa y espada las nacionalizaciones bancarias y las ayudas públicas opacas que hoy defiende quien entonces era su jefe –pues él hoy tiene un empleo mucho más digno– para los bancos en apuros. Él, que es una buena persona, además de ser inteligente y de principios –aunque ya se sabe que para no morder la mano que da de comer en ocasiones personas como él defienden cosas que no debieran y hasta con frecuencia las terminan interiorizando–, seguramente estos días ya no defienda tan ardorosamente el libre mercado y todas esas cosas que vienen en el mismo “pack” neoliberal –o sí–, porque vistas las cosas que pasan por el mundo capitalista este que nos ha tocado vivir, muy pocos podemos presumir de haber sostenido siempre lo mismo sin tener que variar ni una coma, al menos sin hacerlo por pura cabezonería, claro.

Botín y compañía desde luego que no, porque no deja de ser curioso verles pidiendo intervenciones y ayudas opacas –¿qué importa a quién se ayuda con nuestro dinero?; ¡pero qué curiosa es la gente, oiga!– ahora que sus beneficios se reducen y tienen problemas de liquidez. Sí, sí, no es que hayan dejado de ganar, no, sino que son “cosas de la liquidez”, ya se sabe, ese elemento tan necesario para la vida, para regar las plantas, para saciar la sed, para que los financieros puedan seguir con su botín saqueándonos a todos…

Claro, que esos señores tienen sus razones, porque eso de nacionalizar los problemas tiene su sentido: uno se puede dedicar a estafar a la gente, sí, pero es que si el estafador se hunde sería todavía peor que si se le rescata para que pueda seguir estafando alegremente. Qué digo estafando, no hombre, creando riqueza quería decir. Ahora mismo no sé muy bien si estoy hablando de los directivos de Forum Filatélico, de los de Afinsa o de otros que esos que se visten por los pies o por donde sea –que mientras calcen botines de charol poco importa–, da lo mismo, lo importante es que no se confunda eso con ayudas a empresas en apuros o con familias que no llegan a fin de mes y que no pueden pagar su hipoteca; que no se confunda nadie: quien la hace la paga, y si no, que hubieran gestionado mejor sus empresas o no se hubieran metido en un piso creyendo que el trabajo iba a ser para siempre. ¡Hace falta ser inconsciente!

No pasa nada, para evitar los problemas de los que sí son importantes, basta con un buen plan de rescate, unos cuantos botes salvavidas para los que de verdad lo necesitan –siempre que no se delate a quienes los utilicen, que es de mala educación señalar con el dedo–, y luego a seguir ganando, porque eso sí, de nacionalizar las ganancias nada de nada, que eso no hace sino alterar el buen funcionamiento del libre mercado y supondría un intervencionismo intolerable, pues es evidente que “el estado es el problema”.

Y mucho ojito con ser intervencionistas, que luego se enteran los locutores ateos y protestantes de la COPE y nos la lían. A mí se me podrá llamar muchas cosas, pero de intervencionista nada de nada, que uno tiene su dignidad y sus principios.

Vivir para ver.


Jorge Garrido San Román